Heraldo de Aragón
La obra social «La Caixa» y el Gobierno de Aragón crean el primer sendero accesible en los Pinares de Rodeno
La obra social «La Caixa» y el Gobierno de Aragón presentan este proyecto natural de la sierra de Albarracin.
Modesto Lobón y Pablo Munilla recorren un tramo del sendero de los Pinares de Ródeno.
Modesto Lobón, consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno de Aragón; Raúl Marqueta, director territorial de «La Caixa» en Aragón y La Rioja; y Pablo Munilla, director general de Conservación del Medio Natural del Gobierno de Aragón, han presentado hoy el primer sendero accesible en los Pinares de Rodeno, en la sierra de Albarracín.
La Obra Social «la Caixa» ha destinado 50.000 euros a esta actuación en los Pinares de Rodeno, que está integrada en el marco del convenio de colaboración con el Gobierno de Aragón para la mejora de las áreas naturales y la reinserción de personas en riesgo de exclusión. Concretamente, es una de las siete actuaciones previstas en 2013, ejercicio en el que «La Caixa» aporta 250.000 euros al programa, estando prevista la creación de 25 empleos.
Desde su puesta en marcha en 2006, la Obra Social «La Caixa» ha trabajado por la conservación y mejora de las áreas naturales en Aragón a través del Programa de conservación de espacios naturales protegidos y la inserción laboral de colectivos en riesgo de exclusión.
En colaboración con el Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, esta iniciativa ha posibilitado la integración laboral de 184 personas a través de 152 proyectos medioambientales y ha supuesto una inversión de 8,1 millones de euros en el periodo 2006-2013.
La actuación desarrollada en los Pinares de Rodeno ha consistido en una serie de trabajos de adaptación llevados a cabo en el Centro de Interpretación y Fuentebuena, en el espacio protegido, con el objetivo de que todas las personas puedan disfrutar de la naturaleza.
Se trata de un itinerario de más de 700 metros de longitud que se ha construido aplicando medidas correctoras de barreras arquitectónicas para hacerlo accesible a todos. Tiene una pendiente inferior al 8% para que puedan circular las personas que van en silla de ruedas o con movilidad reducida.
Se trata del primer espacio protegido declarado en Teruel por su singular paisaje, fruto de la estrecha relación entre la geología, la flora, la fauna, la arqueología prehistórica y las actividades tradicionales del hombre.
En los últimos años se han ido sustituyendo elementos de mobiliario deteriorados y también se han eliminado árboles decrépitos que eran un peligro potencial para los usuarios.