Heraldo de Aragón / M. G. Zaragoza
El proyecto «Amarga Memoria» recupera seis escenarios de la Guerra Civil
Trincheras, búnqueres y campamentos maquis se estudiarán y acondicionarán para su visita gracias al proyecto del Gobierno de Aragón, que ha invertido 400.00 euros.
Dos enclaves de Zaragoza, y otros tantos de Huesca y de Teruel, se van a sumar a los ya recuperados en Los Monegros y Sarrión para configurar una hipotética ruta por los restos de la Guerra Civil en Aragón. La DGA, dentro de su proyecto «Amarga Memoria», ha seleccionado seis enclaves -en cuya recuperación va a invertir más de 400.000 euros-, que van a ser acondicionados para su visita. «Cada punto requiere una actuación distinta -asegura Jaime Vicente, director general de Patrimonio-. La Ruta Orwell (restos de la guerra civil en los Monegros) ha despertado gran interés, pero allí se han efectuado reconstrucciones y ahora nos inclinamos más por la conservación, como se ha hecho con los refugios y trincheras de Sarrión».
En la provincia de Zaragoza se ha elegido un conjunto de cinco búnqueres y trincheras de 1938 del frente de las tropas de Franco en Jaulín-Villanueva de Huerva, y un parapeto de casi tres kilómetros de longitud en Sierra Gorda, Fuendetodos, que era el frente republicano y en el que destacan tres fortines de cal y canto. En ambos casos, se hace excavación arqueológica, se consolidan los restos aparecidos y se acondiciona la visita, con señalización de acceso y paneles de información.
Estudiar y señalizar
En Teruel, el proyecto interviene en un conjunto de parapetos de piedra seca y un fortín con ventanas de tirador en el Alto de la Cruz (Bezas) y en un campamento maquis en Albarracín. En este último caso la intervención es diferente. «El campamento no se va a recuperar -apunta Ana Oliva, coordinadora del programa ‘Amarga Memoria’-, porque dadas las características de los maquis, no hay estructuras estables que consolidar. Pero se va a estudiar y a señalizar».
En Huesca se ha intervenido ya en un conjunto formado por una cabaña de piedra seca y un conjunto de trincheras en el fondo de los Llanos del Hospital de Benasque, que era un punto de control de la Guardia Civil sobre el paso a Francia, construido para la vigilancia del maquis y los contrabandistas. El segundo enclave donde se intervendrá queda pendiente de los estudios que está desarrollando el historiador Fernando Martínez de Baños, especialista en la investigación de la Guerra Civil en Aragón, y que prepara un inventario de los vestigios que se conservan en Zaragoza, Huesca y Teruel. «Se trata de recuperar sitios significativos de los dos bandos para que se pueda entender lo que pasó», apunta Oliva.
«Amarga Memoria» no se limita únicamente a recuperar enclaves históricos. Ha concedido cinco becas de investigación, colabora en la organización de jornadas y congresos, edita publicaciones, da subvenciones a distintos ayuntamientos y financia documentales. Una de las facetas más «sensibles» es la reapertura de fosas.
«Es un punto delicado, e incluso polémico, pero es comprensible que los familiares de las víctimas quieran recuperar sus cuerpos -dice Jaime Vicente-. Hemos elaborado un protocolo técnico que es de los más exigentes de España, con el objeto de que la recuperación se haga con el mayor de los respetos posible y con las mejores condiciones técnicas. En los próximos años va a haber muchas peticiones más». A principios de julio se localizó en Murillo de Gállego la fosa común donde se enterró a doce fusilados en la localidad. La Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica y la Fundación Bernardo Aladrén están elaborando un mapa de fosas comunes.
Las becas de investigación otorgadas son para Réginne Illion, por su trabajo «Legislación republicana y mujeres en Aragón», en el que aborda las repercusiones de la concesión de derechos políticos a las mujeres en la II República; para José Luis Ledesma y Víctor Manuel Lucea, quienes analizarán la situación en el Aragón oriental antes y después de la guerra civil; para Iván Heredia e Irene Abad, que rescatan a personajes semiolvidados para hablar de las organizaciones del PC; para Alexia Sanz y Manuel Ramón, que proponen una investigación antropológica basada en testimonios orales; y para José Antonio Remón, que hará un estudio histórico y documental sobre guerra y preguerra en las Cinco Villas.