La gran cruz de hormigón situada en la Peña de la Cruz, un mirador emblemático en el término municipal de Bezas (Teruel), en la comarca de la Sierra de Albarracín, será retirada por motivos de seguridad, según ha anunciado el Servicio Provincial de Medio Ambiente. La decisión ha generado un intenso debate, especialmente después de que el portavoz de VOX en las Cortes de Aragón, Alejandro Nolasco, acompañado de la diputada Carmen Rouco y la concejal Verónica Luz, denunciara la medida como un ataque contra el patrimonio histórico.
Desde Medio Ambiente justifican la retirada de la cruz debido al riesgo que supone su estructura, ya que actúa como un pararrayos y ha sido alcanzada por descargas eléctricas en varias ocasiones. De hecho, en septiembre de 2024, un rayo impactó en la cruz, provocando la caída de parte de su estructura y generando un peligro real para las personas en la zona. Uno de los vigilantes de incendios que se encontraba en la torre de vigilancia cercana resultó herido tras el derrumbe de fragmentos.
El director del Servicio Provincial de Medio Ambiente, Emilio Pérez, ha asegurado que se reunirá con los vecinos de Bezas para buscar una solución consensuada sobre el futuro de la cruz y determinar si puede ser reubicada en otro emplazamiento.
UNA CRUZ HISTÓRICA QUE GENERA CONTROVERSIA
La cruz, construida en 1939, contiene en su base la inscripción «18 de julio de 1939. Año de la Victoria», en referencia al final de la Guerra Civil Española. Su retirada ha desatado una oleada de críticas por parte de sectores políticos y ciudadanos que consideran la medida una acción ideológica más que una decisión basada en criterios técnicos.
El portavoz de VOX, Alejandro Nolasco, ha cargado duramente contra la decisión del Gobierno de Aragón, afirmando que se trata de «una excusa para destruir nuestro patrimonio» y que se están utilizando criterios selectivos a la hora de eliminar símbolos históricos. «No tienen valor artístico, dicen, pero sí un gran valor histórico, y eso es lo que les molesta», ha declarado.
Además, Nolasco ha acusado a Medio Ambiente de actuar con sesgo ideológico, asegurando que «no se atreven a retirar símbolos de otras culturas, pero sí con la cruz«. Según sus palabras, la cruz forma parte de la identidad de la sierra de Albarracín y debería ser conservada.
UNA DECISIÓN BASADA EN RIESGOS MEDIOAMBIENTALES
Desde el Gobierno de Aragón han reiterado que la decisión responde exclusivamente a razones de seguridad. La cruz se encuentra en una zona elevada y despejada, lo que la convierte en un punto de atracción para los rayos durante las tormentas. Su estructura, compuesta principalmente de hormigón y hierro, agrava el riesgo de descargas eléctricas, poniendo en peligro tanto a los visitantes como a los trabajadores del entorno.
La torre de vigilancia situada cerca de la cruz también ha sufrido impactos de rayos en los últimos años, lo que ha incrementado la preocupación de las autoridades. Desde Medio Ambiente insisten en que la prioridad es garantizar la seguridad de las personas y evitar futuros accidentes como el ocurrido en septiembre.
EL FUTURO DE LA CRUZ, EN MANOS DE LOS VECINOS
El director del Servicio Provincial de Medio Ambiente ha confirmado que se convocará una reunión con los habitantes de Bezas para decidir qué hacer con la cruz. Una de las opciones que se plantea es su traslado a un lugar más seguro dentro del municipio, donde pueda seguir siendo un símbolo histórico sin suponer un peligro.
Mientras tanto, la polémica sigue abierta, con sectores que consideran que la retirada de la cruz responde a un intento de «borrar parte de la historia«, frente a la versión oficial que insiste en la necesidad de preservar la seguridad en la zona.
La retirada de símbolos históricos sigue siendo un debate recurrente en España, con posturas enfrentadas entre quienes defienden su conservación y quienes abogan por su eliminación en función de su origen o significado. En el caso de la cruz de Peña de la Cruz, serán finalmente los vecinos de Bezas quienes tengan la última palabra sobre su destino.