Heraldo de Aragón / M. García
«Amarga memoria» recupera trincheras y búnkeres
Concluye en Jaulín y Fuendetodos la primera fase de acondicionamiento de los vestigios de la Guerra Civil
Los pozos de tirador son circulares y habitualmente se excavaban en la tierra. Estos, al estar ubicados sobre roca caliza, tuvieron que ser construidos en altura.
El programa de recuperación de construcciones relacionadas con el frente durante la Guerra Civil, enmarcado dentro del proyecto «Amarga memoria», sigue adelante. A la denominada «Ruta Orwell», a los trabajos ya desarrollados en las provincias de Huesca y Teruel, se acaban de sumar en los últimos días dos enclaves en la provincia de Zaragoza: un conjunto de búnkeres y trincheras de las tropas de Franco en el eje Jaulín-Villanueva de Huerva, y un parapeto de casi tres kilómetros de longitud en Sierra Gorda, Fuendetodos.
«Se trata de la primera fase de trabajo, los enclaves aún no son completamente visitables -relata el arqueólogo Francisco Romeo, de la dirección general de Patrimonio del Gobierno de Aragón-. Hemos trabajado en un búnker que se sitúa en el kilómetro 15,5 de la carretera de Jaulín a Fuendetodos. Tiene unos 10 por 10 metros, una habitación, un nido de ametralladoras… En las excavaciones arqueológicas no hemos encontrado muchos elementos de interés, algún casquillo de bala y algún peine de máuser… Pero poco. Además, en la posguerra hubo una campaña de recuperación de hierro y otros metales y se desmontaron muchas cosas, tanto en las construcciones de un bando como en las del otro. La carestía obligó a ello». Sin reconstruir nadaA diferencia de otros trabajos desarrollados con anterioridad, en esta ocasión no se recrea ni reconstruye nada. Se trata de consolidar lo que ha llegado a nuestros días, sin añadir.
«El otro enclave en el que hemos intervenido, el de Sierra Gorda, donde había una posición del ejército republicano, es espectacular -señala Francisco Romeo-. Son casi tres kilómetros de parapetos y fortines, ubicados muy cerca de Fuendetodos. En esta primera campaña hemos recuperado un tramo de unos 400 metros de longitud del parapeto, a piedra seca, y uno de los fortines, a cal y canto. Aquí sí que hemos encontrado mucho material, desde balas a casquillos, botellas…».
Además de proseguir los trabajos en los parapetos y fortines, están previstas diversas obras de acondicionamiento, desde la plantación de árboles (se empezará en breve) hasta la construcción de un párquin al pie del enclave para facilitar las visitas. «Amarga memoria» prevé intervenir en dos enclaves (uno franquista y otro republicano) por provincia. Para las seis recuperaciones se ha previsto una inversión total de 400.000 euros.
En Teruel, el proyecto se centra en un conjunto de parapetos de piedra seca y un fortín con ventanas de tirador en el Alto de la Cruz (Bezas) y en un campamento de los maquis en Albarracín. En este último caso, y dadas las peculiaridades de los campamentos guerrilleros, queda en realidad muy poco que recuperar, aunque sí se va a señalizar la zona. En Huesca se ha intervenido ya en un conjunto formado por una cabaña de piedra y un conjunto de trincheras en el fondo de los Llanos del Hospital de Benasque, un punto de control en el paso a Francia. Una segunda zona de la provincia de Huesca donde se va a intervenir, según se anunció hace unos meses, quedaba pendiente de los estudios que está desarrollando el historiador Fernando Martínez de Baños. Este investigador publicará además en breve plazo un libro sobre los vestigios del frente en la provincia de Zaragoza. «Va a ser un instrumento muy útil para los especialistas, tanto como fuente de conocimiento como por las posibilidades para la recuperación -señala Francisco Romeo-. Su trabajo va a poner de relieve sitios desconocidos que desempeñaron un importantísimo papel durante la Guerra Civil española. Y algunos de ellos son verdaderamente impresionantes».