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Las bicicletas no son sólo para el verano. Así lo demuestra el arranque en mayo de un nuevo servicio de alquiler de bicicletas que ofrece Red Natural de Aragón en los Pinares de Rodeno y la Laguna de Gallocanta, para los turistas que quieran mezclar naturaleza y deporte sin tener que desplazarse con sus propias bicis.

El punto de encuentro serán los centros de interpretación. El de Dornaque contará con 12 vehículos, mientras que en el de Gallocanta estarán disponibles otras 13 bicicletas, ofrecidas en régimen de alquiler de media jornada o jornada completa.

De esta forma se pretende dar un servicio de ocio a través del cual se disfrute de la naturaleza, se haga deporte y se fomente el uso del transporte sostenible. Ese es precisamente el objetivo de la dirección de Conservación del Medio Natural, promotora de la iniciativa a través de la empresa pública SARGA.

El alquiler está permitido a mayores de edad y menores acompañados de adultos. Los precios rondan entre 3 y 6 euros máximo, en función del número de horas de alquiler, el colectivo (niños, adultos o jubilados) y los complementos precisos (silla portabebés hasta 22 kgs).

Senderos circulares

Ambos parajes naturales cuentan con senderos y recorridos fácilmente practicables para ciclistas y de gran interés vegetal y faunístico.

En la ruta de Pinares de Rodeno es recomendable el sendero S8, de 10 kilómetros de recorrido circular desde Las Tabernillas a la Laguna de Bezas, con una dificultad baja-media.

A lo largo de este recorrido crecen jaras, gayubas, enebros, escaramujos, brezos, lavándulas, zarzamoras,… En la explanada de la Laguna de Bezas aparece un bosque de sabina albar acompañada de pino rodeno y enebros, entre otras especies y, al final de recorrido, alcanzar un mirador que permite observar el sector oriental del Paisaje Protegido y la fosa del Jiloca.

Con respecto a la laguna de Gallocanta, es destacable su ruta circular, un sendero que bordea la laguna a distancia prudencial para permitir disfrutar de la naturaleza sin provocar molestias a las aves, uno de sus principales atractivos turísticos. Se trata de un recorrido de 32 kilómetros en llano, a través del cual se podrá disfrutar de distintas perspectivas y parar en cinco observatorios para ver las aves, así como en la Ermita de la Virgen del Buen Acuerdo.

Estos recorridos circulares permiten una gran comodidad a los turistas, ya que no se tiene que rehacer el camino pedaleado para volver al punto de recogida de las bicicletas. Además, pueden realizarse en el tiempo marcado por el alquiler de los vehículos sin perderse los espacios más destacados de cada paraje natural.

Convivencia natural

Los recorridos ciclistas en zonas de la Red Natural de Aragón deben garantizar la convivencia de los visitantes y el entorno natural que los rodea, de ahí que existan una serie de rutas y senderos a marcar en los propios espacios. Es importante no salirse de estos caminos marcados, para evitar desperfectos y molestias a los animales que viven en el espacio protegido.

Es allí donde los centros de interpretación juegan un papel indispensable, puesto que son los puntos de referencia del visitante para conseguir asesoramiento sobre los mejores recorridos en función de lo que se desea descubrir, el tiempo disponible o el nivel de dificultad, además de la fauna y flora de cada lugar.

Más de 150 l/m2, en apenas 5 días, es lo que ha llovido en Bezas estos últimos días, unas lluvias que nos han dejado el arroyo y los demás barrancos del rodeno repletos de agua.

José Colás López llegó, vio y venció. El joven de Teruel, un desconocido en el panorama ciclista de la Isla, firmó ayer una auténtica exhibición en el Campeonato de Menorca de Montaña, imponiéndose al sprint en la exigente subida a El Toro en una carrera de 70 kilómetros y con 25 participantes, sorprendiendo a muchos. Colas fijó una velocidad media de 35,9 kilómetros por hora que le sirvió para doblegar a Vicente Huguet y llevarse el título y reconocimiento del numeroso público que se congregó en lo alto de la montaña.

Nueve ciclistas participaron en la categoría cadete, donde el ganador fue Marc Pons Pons, del GE Es Port (1:29:55), seguido de sus compañeros de equipo, Roberto Ledesma (1:30:04) y Llorenç Villalonga Camps (1:30:04).

Colás López, de la Peña Ciclista Mahonesa, necesitó 1:55:15 para cubrir los 70 kilómetros de un trazado que arrancó en Ciutadella, pasó por Ferreries, Es Migjorn Gran, la carretera general, Es Mercadal, el Camí den Kane, el Camí den Barçola, la carretera de Fornells, el camino de Sa Roca, el camino de Sa Cucanya, aderezado por el ayuntamiento de Es Mercadal para la ocasión, el Camí den Kane y la subida a El Toro. Le siguió Vicente Huguet, del C.C. Centre de s’Illa (1:55:47, a 32 segundos), y lejos José Pons Martí, del mismo club, que acabó con 1:57:27.

La jornada resultó óptima para la práctica del ciclismo y sobre el kilómetro 25 un grupo de siete ciclistas protagonizó una potente escapada. El ganador, Colás López, se mantuvo en el grupo y supo ir recortando distancias a medida que iban avanzando los kilómetros. Cinco ciclistas no pudieron acabar la prueba al no llegar al corte de tiempo.

Fue en la subida a El Toro donde el vencedor dio una lección y exhibió un potencial que no le hará volver a pasar desapercibido.

Un pequeño terremoto se registró en la madrugada de ayer cuyo epicentro estuvo en Saldón. La magnitud del terremoto fue de 2 grados. El alcalde de la localidad, Eduardo Sánchez, dijo que no se enteró del terremoto.

La localidad de Saldón, en la Comarca de la Sierra de Albarracín, registró a las 4 horas y 51 minutos de ayer, 19 de marzo, un pequeño terremoto de magnitud 2 grados y que no tuvo consecuencias.

El alcalde de Saldón, Eduardo Sánchez, manifestó que no se enteró del terremoto, ni que tampoco se había comentado en el municipio.

Eduardo Sánchez apuntó que el terremoto que hubo hace unos años en Orihuela y que provocó tantos daños sí que se sintió en la localidad.

El pasado miércoles la localidad de Celadas registró un terremoto de 2,6 grados de magnitud y que sintieron los vecinos del municipio. El terremoto tuvo lugar a las 19,21 horas, según informaron desde el Instituto Geográfico Nacional. El temblor no causó ningún daño material.

Tormón va a ser el primer municipio de la provincia de Teruel que vuelve a explotar la resina, una actividad que se dejó hace 50 años por falta de rentabilidad. En Bezas también hay otra persona interesada, que realizó el estudio de viabilidad para la Diputación General de Aragón, pero ha decidido esperar a la campaña del próximo año. El vecino de Tormón, Sergio Calvo, confía encontar con en los próximos días con el permiso de la DGA para empezar los trabajos de explotación de la resina.

El alcalde de Tormón, Faustino Archilaga, afirmó que hay un vecino de la localidad que tiene todo preparado y decidido a volver a explotar la resina con 2.000 pinos en esta campaña a iniciar en los próximos días.

Faustino Archilaga comentó que hay dos empresas resineras interesadas en la vuelta de la explotación de la resina en la provincia de Teruel y que facilitan los materiales para realizar el trabajo a través de créditos.

El primer edil de Tormón comentó que está subiendo el precio que se paga por la resina, que en la campaña anterior fue de 1 euro el kilogramo y que ahora está a 1,07 con la previsión de ponerse a 1,10 euros. «La tendencia es a subir», destacó.

El resinero de Tormón, Sergio Calvo, señaló que tiene totalmente decidido volver a trabajar la resina y que lo hará con 2.000 pinos.

Sergio Calvo dijo que su profesión es albañil y espera compaginar con el oficio de resinero. «Estoy dado de alta de autónomo, por lo que facilita que pueda trabajar en la resina, ya que soy autónomo. El primer año voy a trabajar con 2.000 pinos y será de prueba».Asimismo, Sergio Calvo expuso que ya había hablado con las dos empresas resineras, a las que venderá la mitad de la producción a cada una de ellas. «Las resineras están en Soria y en Segovia», apuntó.

Sergio Calvo reseñó que Medio Ambiente de la DGA ya le había marcado 1.500 pinos de los que va a resinar y que en estos días marcarán los otros 500 que le faltan. No obstante, confesó que está pendiente de tener el permiso de la DGA para iniciar la explotación, cuestión que espera hacerlo en los días que restan del presente mes de marzo.

El vecino de Bezas, que realizó el estudio de viabilidad de la explotación de la resina para la DGA y que tenía decidido explotar 2.000 pinos en la campaña de esta año, Manuel Ortega, indicó que va a esperar a la campaña del próximo año porque se tiene que preparar el monte. «Quiero tener todo bien preparado y hacer bien la explotación de la resina para que el rendimiento que se pueda sacar sea mayor».

Durante siglos, la resina de los pinos españoles fue una actividad económica más, una fuente de empleo y de rentas en las áreas en las que más abundaban las masas forestales de las especies mejor preparadas para ser resinadas.

La dureza del trabajo, las largas jornadas que exigía para que dejara unos ingresos mínimos, el desarrollo industrial y la extensión de materias base alternativas a la resina, hicieron que esta actividad tradicional entrara en un acelerado declive a mediados del siglo pasado.

A finales de los años 70, el laboreo de la resina prácticamente había desaparecido en nuestro país. Sin embargo, la crisis económica hizo volver la mirada sobre las posibilidades que ofrece el resinado, fundamentalmente como fuente complementaria de ingresos para familias de las áreas rurales. En los últimos años ha empezado a repuntar en provincias históricamente resineras, tanto en Castilla y León como en Catilla-La Mancha, y Aragón se ha sumado a esta dinámica.

En la provincia de Teruel se ha vuelto a experimentar para poner en producción resinera los bosques de pino de rodeno, variedad muy extendida en montes de esta zona de España y que presenta condiciones óptimas para la obtención de esta materia prima.

Según los estudios técnico-económicos que esgrime el Gobierno aragonés, España podría producir anualmente casi 100.000 toneladas de resina al año, lo que permitiría crear unos 15.000 puestos de trabajo, 7.000 de ellos «directamente vinculados a la explotación o extracción de reside en el monte». España importa anualmente 50.000 toneladas de resina; Europa en su conjunto, 280.000 toneladas. El mercado europeo solo produce el 1% de la resina que necesita su industria.

Proyecto experimental
El Ejecutivo aragonés participa en una serie de proyectos experimentales para determinar la viabilidad de esta actividad productiva. El primer estudio se realizó el año pasado, de marzo a noviembre. Se llevó a cabo en montes de utilidad pública de los términos municipales turolenses de Albarracín, Bezas, Rubiales y Tormón. Estas pruebas, que abarcaron a un total de 2.000 pinos, fueron llevadas a cabo sobre el terremo por la empresa Rodemax, con la colaboración de los ayuntamientos de la zona y la financiación del Fondo de Inversiones de Teruel (Fite). Previamente, la Administración autonómica y el grupo gestor de los fondos europeos Leader en la comarca de Albarracín pusieron en marcha un curso de formación para 15 alumnos, que fue impartido por resineros de la provincia de Cuenca.

El resultado del primer trabajo de campo, el realizado entre marzo y noviembre del año pasado, ha arrojado resultados esperanzadores. Según fuentes de la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente del Gobierno aragonés, esta prueba piloto «ha arrojado unos resultados que rozan el umbral de la rentabilidad».

Ha certificado producciones de entre 1,7 y 1,9 kilos de resina por árbol y temporada. Según las mismas fuentes, esta producción pude ser rentable con los actuales precios de la resina, que ronda el euro por kilo.

«Los resultados de la prueba permiten ser optimistas para desarrollar una actividad complementaria a otras durante siete u ocho meses al año», afirma el jefe de la Sección de Montes del Gobierno aragonés en Teruel y coordinador de este proyecto, Emilio Pérez Aguilar.

Nueva iniciativa empresarial
De hecho, tras la campaña experimental llevada a cabo el año pasado, la empresa Rodemax ha proyectado poner en producción resinera entre 2.000 y 3.000 pinos en la provincia de Teruel, en la zona de la Sierra de Albarracín. El Gobierno aragonés ya ha mostrado su disposición a facilitar este proyecto, que ahora necesita formalizarse con acuerdos concretos entre la empresa y los ayuntamientos a los que pertenecen los pinares.

La empresa prevé firmar contratos para cinco años, el periodo necesario para completar la explotación del tronco del pino de la variedad rodeno.

Además de las posibilidades empresariales que se abren con este proyecto, desde el Gobierno aragonés se destaca que el resinado puede constituir una fuente de ingresos extra para profesionales agropecuarios de las zonas en las que hay pinos susceptibles de ser puestos en producción. Según Emilio Pérez Aguilar, «la explotación de una mata de aproximadamente 3.500 pinos puede dejar limpios 1.000 euros en una familia y, además, es un trabajo al que una persona no tiene por qué dedicarle todo el día». «Es una actividad para sumarla a otras y completar unos recursos familiares interesantes para estas comarcas», afirma este técnico de la Administración autonómica.