Todo pueblo debería tener su cronista y nosotros hemos tenido la gran suerte de contar con el nuestro.
Amante incondicional de su tierra, le ha dedicado un número importante de artículos que primeramente verían la luz en los periódicos y posteriormente recopilados bajo el título: Mis escarceos periodísticos, me los envió para que “hiciera el mejor uso de ellos”, con posterioridad y bajo el título de Trazas y trozos, aglutinó otra serie de publicaciones entre las que se encuentran alguna de las ya realizadas pero revisadas.
Ha declinado en nosotros hacerle esta pequeña presentación por lo que nos sentimos honrados, nuestro máximo reconocimiento por todo su trabajo hecho desde el corazón y el amor a su pueblo.