Diario de Teruel / M. C. A. / Albarracín
El apicultor Juan Tarín, de 91 años, detectó el cambio climático en sus colmenas
“No sé si por las antenas o porqué pero en los últimos años las abejas morían”
Juan Tarín Gómez con su hija Emilia
Juan Tarín no participa en París en la cumbre sobre el clima que se está celebrando estos días en París, pero es consciente de que se está produciendo un cambio climático. Sus abejas le alertaron hace ya unos años, cuando aún las trabajaba para extraer la miel: «No sé si por las antenas o qué pero las mejores colmenas a veces se morían de un día para otro, se quedaban sin gente», destacó ayer en Albarracín. El apicultor, que tiene 91 años y es propietario de uno de los colmenares más vistosos de la Sierra de Albarracín fue homenajeado ayer durante la V Jornada de Patrimonio Inmaterial Cultural de la Sierra de Albarracín.
Su padre, Eliseo Tarín, levantó en Bezas un colmenar de gran tamaño y construido al detalle en el que Juan Tarín, que era un niño cuando se hizo la obra, llegó a tener hasta 80 colmenas. Ni Juan ni su padre vivían de las colmenas, más bien lo hacían «por afición», dijo el anciano, quien reconoce que sí era una buena ayuda para la economía familiar.
Algunos años llegó a cortar hasta dos veces, una en junio y otra a finales de septiembre -si el tiempo había sido bueno-, y en cada una de ellas extraía entre 50 y 60 kilos que guardaba en una tinaja de barro para venderla a sus vecinos. «La miel puede llevar muchos ingredientes, a veces la mitad es harina, pero la mía era solo miel», recalcó ayer.
Él aprendió el oficio de su padre y siguió haciendo las cosas tal y como Eliseo le enseño. Sin embargo, hace tres años, cumplidos ya los 88, dejó de trabajar las colmenas y nadie le cogió el testigo. La mayor parte de las 50 cajas que en ese momento tenían fueron a parar a Castellón, aunque otras están ahora en Monterde y Moscardón.
El colmenar, ubicado en las denominadas Dehesas Nuevas de Bezas, es una construcción de 50 metros de ancho por 20 de largo en el que hay graderías separadas por un pasillo central y con losas en la parte de abajo para depositar las colmenas. Está construido en piedra y «tiene las medidas perfectas», según destacó Juan Manuel Berges durante la ponencia que ofreció acerca de los colmenares de la serranía. Está a unos cinco kilómetros del pueblo y había veces que Tarín iba dos veces al día a dar vuelta por las colmenas. En los primeros años iba a pie o con caballerías y ya más recientemente hacía en moto la mitad del recorrido.
Pero las abejas no han sido el único entretenimiento de Juan Tarín, que forma parte del Ayuntamiento de Bezas desde hace más de tres décadas. En ese tiempo ha sido concejal, teniente de alcalde e incluso alcalde. Y entre todas las actuaciones que se han hecho en su pueblo destaca el frontón, que se construyó en la década de los 80. «Ha sido la obra que más ha aprovechado la gente, al día siguiente de terminarse ya estaban los hijos del panadero jugando allí», recordó.
Colmenares visitables
Una de las ideas que se lanzó ayer en Albarracín es la posibilidad de recuperar los colmenares que tengan más valor para integrarlos en una ruta turística en la que también se podrían visitar otros lugares de interés. Precisamente uno de los colmenares más vistosos es el de Juan Tarín en Bezas. En la serranía hay colmenares de diversos tipos y ubicados en los lugares más recónditos.