Muchos son los platos que nos han llegado de aquellos que hicieran las generaciones pasadas. Sabemos como se hacían las gachas, los gazpachos, las sopas tostadas o los puches. Harina de maíz ó de trigo, sola o revuelta, de guijas, tortas gazpacheras, finísimas virutas de pan duro.
Casi todo lo citado se comía de buena mañana antes de ir al trabajo o en el descanso de la comida antes del breve reposo de la siesta, acompañado generalmente de buenas tajadas de la fridura o frescas; hacían que cualquier peón, hasta el más tullido, andará “más pito que un ajo”, como por allí se decía.
El riquísimo cocido -que al nombrarlo nos parece olerlo- y que casi se podía cortar, cociendo desde bien pronto en la mañana al fuego bajo, haciéndose muy lentamente en aquellas grandes ollas de barro. ¡Y las sopas de ajo que salían de aquel caldo!.
Casi todas pues, comidas sencillas pero muy buenas y naturales, con los productos de cultivo propios. Pescados pocos, todo más bacalao ó abadejo que es como se le llamaba y sardinas saladas, bueno, algún que otro barbo del regajo también.
En repostería, poca cosa pero muy rica, las tradicionales de la zona hechas en el horno del pueblo, aquel que hubo en la plaza. Para las Navidades las madrinas les hacían un rollo a los ahijados, se les ponía azúcar, aceite, huevos, pasas y nueces; tortas sobadas con manteca, «cerceñas», tortas finas, mantecados y el pan que casi podíamos incorporarlo como repostería, sus redondos y cañadas no necesitaban otro acompañamiento, afortunadamente aún podemos disfrutar de este placer, gracias al horno de leña construido en el Hortal y que suministra a distintos pueblos de la Sierra.
En cuanto al postre, había poca variedad, lo que los frutales pudieran dar y algo que se trajera de Cella, como intercambio de leña la mayor de las veces. Como se solía decir, “las verduras y las frutas se pegaban poco al riñón”, en clara alusión a un alimento poco consistente para los trabajos rudos que se realizaban.
Un punto y aparte para las recetas que vamos a dedicar a la micología de Bezas, éstas no son realmente complicadas pues en muchos de los casos era añadir sobretodo los «mizclos», el rebollón, -Lactarius deliciosus- a comidas ya tradicionales, pero también ponemos muchas otras igualmente sabrosas.
«Recetas tradicionales»
Comida muy socorrida en las largas temporadas de invierno y casi en todo el año debido a su aporte de calorías a las posibilidades del caldo y al uso de los productos derivados del matapuerco
Ingredientes:
Garbanzos
Patatas
Cebolla
Huesos; espinazo, oreja y morro
Güeña o morcilla
Judía tierna o acelgas
Sal
Proceso:
- Poner los garbanzos a remojo el día anterior en agua de la “fuente de abajo”.
- En una cazuela grande hervir agua con la sal necesaria.
- Cuando esté caliente, añadir los garbanzos, huesos del espinazo que hemos tenido en conserva, oreja o morro, cebolla y si se ponen, las judías o acelgas.
- A medio cocer, añadir las patatas, las güeñas o la morcilla.
- Seguir cociendo de dos horas y media a tres a fuego lento.
- Sacamos el caldo que lo guardaremos para otros guisos y comemos a rancho del cocido. Unos garbanzos con un trozo de morro puede ser un bocado de lo más exquisito.
Preparamos unas “sopas esculladas” con el caldo del cocido.
Cortamos pan a finas lonchas como cuando hacemos patatas para tortilla, lo metemos en un perol y añadimos el caldo del cocido bien caliente. Sencillo ¿Verdad?.
Ingredientes:
«Abadejo». Bacalao
Huevos
Pan
Levadura
Laurel
Perejil
Ajo
Sal
Aceite de oliva
Proceso:
- Poner el bacalao a remojo para desalar durante dos días.
- Escurrir y pasar por harina.
- Con el aceite bien caliente, se ponen a freír, cuando doren se sacan a un plato.
- Se hace una tortilla con pan rallado, la cucharada de levadura, el ajo y perejil “espizcados”. Todo bien batido.
- Se corta a trozos y se pone encima del bacalao.
- Se fríe una cantidad apreciable de cebolla –con el aceite del bacalao-. Se dora no excesivamente.
- En cazuela de barro se pone agua a hervir y se introduce el bacalao y la cebolla. Después de 15 minutos, la tortilla.
- Se pone una hoja de laurel y sal a discreción y un huevo “esclafado” por comensal. Cuajado éste, se retira y se deja reposar. Servir en cazuelas de barro.
SELLO QVARTO, AÑO DE MIL SETECIENTOS Y CINQVENTA Y TRES.
“En 29 de sbre setiembre del año mil setecientos cinquenta y tres se transizo el Horno y quedo por Joseph Lopez en diez y ocho pesos y tres sueldos, es trato y condición q. a de tener el Horno limpio por dentro y por fuera, es trato q. a de cozer una torta a cada vezino de baldes, es trato q. en el verano si ubiese dos vezinos que llevasen gente que haya de dar el horno todos los días q. hayan de menester estrato el pagarlo en dinero siempre que el lugar lo aya demenester y da por fianzas a Juan Caballero Perez y a Pascual Martínez, vezinos de este lugar. Fecho fue lo sobre dcho. En Bezas en 29 de Sbre de 1733 Siendo presentes por testigos Joseph Sanchez Olalla y Pascual Martínez los q. firman con una cruz por no saber escribir».
«Yo el Dn Joseph Caballero Sanchez como escrivano de fechos certifico lo sobre dcho”.
Como vemos en la transcripción de un documento del Ayuntamiento, siendo Bezas todavía aldea de Albarracín, ya entonces el cambio de atribuciones; panadero, tendero, guarda de montes, lindes o sembrados se hacía para San Miguel, el 29 de Septiembre, lo que se ha mantenido hasta nuestros días. El horno como base de sustentación del pueblo pasaba por diferentes vecinos trabajándolo y dando servicio a todas las gentes del lugar. Este quehacer permaneció a lo largo del tiempo y podemos recordar todavía como fue y como se hacía el pan en el horno ubicado en la plaza. Estaba en las actuales cocheras del Ayuntamiento y tenía dos puertas de acceso, la que daba a la calle de subida hacia el barrio de arriba y la de la plaza. Bajando los escalones por la puerta de la cuesta nos encontrábamos en el interior con la leña a la izquierda y a la derecha los poyos del horno y la boca de éste. La habitación que tenía dos partes usaba la otra para hacer el pan, sobre un gran tablero, con estantes en las paredes para colocar los panes hechos a fermentar. En el horno, con el fin de no juntarse todos, se daban turnos. Se amasaba en una “artesa”, especie de baúl de madera con la parte superior plana, en el interior se cernía la harina con un cedazo sobre unos palos colocados transversalmente. A la harina se le mezclaba la levadura, que se hacía la noche de antes en un perol para que fermentara, se hacía con las rascaduras de la artesa, que servían también para las tortas gazpacheras; la sal y en un agujero que se hacía en el centro de la masa se echaba el agua, se iba dando vueltas mezclándose cada vez más con la harina; se iba espolvoreándose también desde fuera. Cuando se hacía masa, se iba levantando y amasando. Se pone en el escriño –cesta de paja-, se colocan los mandiles largos y estrechos y después las maseras, habiendo espolvoreado harina en todas las superficies para que no se pegue la masa, allí se deja fermentar bien tapada. El punto de fermentación se sabía cuando la masa había subido y al golpear “retemblaba”, en invierno se solía poner cerca del calor para que subiese antes. Se hacían panes redondos, cañadas con aceite –se estiraba el pan y se ponía una “chorritada” de aceite de oliva antes de meter al horno- y tortas, tanto dulces como sobadas. Se sacaba del escriño al tablero la masa y antes de empezar a “iñir”, un pedazo de la masa, la medida de un pan, se agujereaba y eran los bollos agujereados. Iñir consistía en amasar y hacer los panes, dejándolos en los tableros tapados con los mandiles para que fermentase la nueva harina que habían cogido, de no hacerlo, o dejarlo poco tiempo, el pan no crecía y salían “olivaos”. Ya fermentados se cogían con la panilla, se colocaban en la pala y se les hacían unos cortes con el cuchillo en forma de triángulo o cuadrado, también se les hacía con un molde la forma de una estrella redondeada. A la salida y recogida del pan se le daba un pan al hornero “la poya”.Gachas Duras, de «Araza»
Estas gachas se hicieron en Bezas después de la guerra, posiblemente de receta traída por los soldados de la zona del rincón de Ademuz o Cuenca. La harina usada era de maíz.
Ingredientes:
Harina de maíz; ahora de trigo
Azafrán
Proceso:
- Se pone agua a hervir y cuando va a romper se echa la harina, en el centro que salga por encima del agua, -que no la cubra en ningún momento-, se hace un agujero en el centro y por allí sale agua hirviendo también.
- Se pone la sal y una pizca de azafrán.
- Se deja cocer una hora y media como mínimo sin cubrir ni remover.
- Se retira el agua que sobra y se trabajan las gachas con un palo de madera, si hay necesidad de añadir agua, se usa la que se ha retirado.
Aderezo:
Aceite de oliva
Conejo, panceta o tajadas de la fridura
Ajoaceite
- Si lo hacemos de conejo o panceta, se fríe al ajillo -el conejo- y cuando está bien dorado se añade a las gachas el aceite.
- Se sirve con la carne por encima y se come en rancho.
- También se suele hacer en la actualidad añadiéndole ajoaceite.
Esta comida se solía hacer en los «matagorrinos», usándose entonces las magras, trozos de tocino de los recortes e hígado.
Gachas Blandas
Ingredientes:
Harina de maíz; ahora de trigo
Sal
Proceso:
- Se pone agua a hervir y se sala a discreción. A fuego lento se va añadiendo la harina espolvoreada para evitar los grumos, cuando se va espesando se puede añadir más de golpe, sin dejar de remover, que quede como una pasta; sin endurecer ni líquida.
- Si se hace con patatas, hervir las patatas, hervir las patatas en agua, chafarlas y hacer las gachas del mismo modo que el anterior.
Aderezo:
Aceite de oliva
Bacalao ó Sardinas Saladas
- Si lo hacemos con bacalao, freírlo después de bien desalado, añadir el aceite a las gachas y servir con el pescado.
- Si es con sardinas saladas, servir sin más.
En tiempos de carencia, se hacían también gachas dulces «con azúcar o con miel», hoy en día solo por mero placer. Tal vez la última en hacerlas haya sido Enriqueta Pérez para su esposo Antonio Martínez.
Ingredientes:
Garbanzos
Espinacas
Sal
Ajos
Pan
Nueces
Huevos
Aceite de oliva
Agua de la Fuente de Abajo
Proceso:
- Poner los garbanzos a remojo la noche anterior con el “agua de la fuente de abajo”, agua que es más blanda.
- Cocer los garbanzos con agua, -echarlos cuando el agua esté hirviendo, si se añade que ésta también hierva- y la sal, “al canto”, al principio de poner el agua.
- Cocer las espinacas aparte y escurrir el agua.
- Echarlas a los garbanzos dejando el agua al gusto según lo caldoso que se quieran.
- Freír en aceite 2 a 3 dientes de ajo enteros, dorarlos junto con unos trozos de pan.
- En un mortero, poner una o dos nueces y picar todo, la nuez oscurecerá el caldo, en tiempos de carencia, se usó ésta como aceite.
- Añadir el aceite y la picada de los garbanzos.
- Dar un hervor.
- Añadir unos huevos duros troceados al potaje, remover, dejar reposar y servir.
Gazpachos Blandos
Ingredientes:
Tortas Gazpacheras
Aceite de oliva
Ajo
Sal
Proceso:
- Se pone aceite al fuego -con o sin ajo entero-, y un puñado de torta gazpachera desmenuzada. Dorar; es lo que le dará ese sabor tan especial.
- En un recipiente poner agua -según comensales-, y la sal precisa. Cuando hierva se echan los gazpachos fritos que den un hervor. Hecho esto, se van agregando el resto para que quede un gazpacho blando.
- Si se hacen con ajo, picar en un mortero.
- Cuando el agua del gazpacho vuelva a hervir, se les añade los ajos, se deja que de un hervor y se saca dejándolos reposar.
Gazpachos Tostados
Ingredientes:
Tortas Gazpacheras
Aceite de oliva
Ajo
Sal
Patatas
Canela
Proceso:
- Se fríen patatas -delgadas como en tortilla-, con ajos cortados.
- Se echa agua -medio litro-, y se añade la canela; media cucharada del café. Sal a discreción.
- Se corta a «repizcones» la torta gazpachera y cuando hierva, se ponen los pedazos y se va moviendo. Una vez cuajado y suelto en la sartén, se va dando vueltas como a la tortilla; «al aire si te atreves».
Pastas con un importante aporte energético que se hacían durante todo el año en las cocinillas de los hogares de Bezas, si bien especialmente se hacían para las fiestas.
Ingredientes:
2 Kg. de Harina
1,5 Kg. de Manteca
Agua de la Fuente de Abajo
Sal
Azúcar
Proceso:
- Se pone un jarro de agua tibia con un poco de sal y se va añadiendo harina hasta que esté «bien sobada», añadiéndole entonces una ralladura de limón.
- Se extiende la masa con rodillo -en ausencia de éste, se hacía con una botella-.
- Se calienta la manteca tibia y se echa una rociada en la masa que tenemos extendida, se deja que se enfríe y se recoge dejando la manteca en el medio; volviendo a repetir la operación hasta que hayamos gastado toda ella.
- La dejamos reposar un día. -normalmente se preparaba por la noche y se hacía al día siguiente-.
- Se extiende como una torta, ni muy gorda ni muy fina y se corta la masa con un cuchillo en forma de rombos.
- Se mete en el horno a fuego lento que no se queme ni se ablande, -que no chorree la grasa- hasta que esté dorado. Si hace falta después de probar su estado se vuelve a meter dando la vuelta al mantecao.
- Se sirven rebozados en azúcar.
Ingredientes:
Pan
Ajos
Aceite de oliva
Proceso:
- Se fríen unas cabezas de ajos enteras; una vez doradas se retiran.
- Se prepara pan duro desmigajado y se la echa unas gotas de agua para que se ablande un poco.
- En el aceite de freír los ajos, se fríe el pan. Dorado se retira y se sirve en una cazuela honda de barro.
- Comemos a rancho.
A veces se hacían con trozos de tocino, jamón o chorizo, friendo éstos al mismo tiempo que el pan.
Ingredientes:
Harina de Guijas
Aceite
Sal
Ajos
Proceso:
- Se pone en una sartén aceite con unos ajos que se doren.
- Se quitan estos y se echa la harina; el aceite que no esté ni muy caliente -pues la harina se pone negra-, ni muy frío pues se quedan blancos.
- Se va dando vueltas hasta que la harina se pone «royica» -dorada-. Una vez que está así, se tiene preparado un cazo con agua caliente y se va añadiendo poco a poco, que no deje de cocer en un principio -más agua de lo que chupa la harina-, luego se añade la necesaria para dejarlos con la consistencia precisa, ni blandos ni duros. Si quedaban un poco blandos, se solía poner unos tropezones de pan frito.
Sopas de ajo
Ingredientes:
Pan
Ajo
Aceite de oliva
Huevo
Proceso:
- Calentar agua con un poco de sal.
- En perol, poner pan cortado fino y espizcar un diente de ajo.
- Rociarlo con un poco de aceite de oliva.
- Añadir el agua hirviendo. «Escullar».
Se solía hacer también esclafando un huevo en el agua, se echaba al perol junto con ésta.
Sopas de hígado
Ingredientes:
Hígado
Pan
Ajo
Aceite de oliva
Proceso:
- Sofreír en la sartén unos trozos de hígado.
- Hacer un picado de ajo en el mortero, añadir el hígado frito «tierno» y picar todo junto.
- Añadir al pan cortado, el aceite del sofrito y la picadura del mortero.
- Añadir el agua hirviendo. «Escaldar».
Ingredientes:
Patatas
Pan
Canela
Aceite de oliva
Sal
Rebollones (Si es tiempo)
Proceso:
- Se fríen patatas con ajos, una pizca de canela y sal.
- Si hay un exceso de aceite, se quita un poco.
- Se añade el agua -lo justo-. Cuando hierve, se añade el pan hasta que se embeban el agua, se van removiendo y tostando.
- En el tiempo de los rebollones, freírlos y añadir al guiso.
Ingredientes:
Harina
Huevos
Levadura
Leche
Proceso:
- Hacer la masa bien sobada hasta dejarla compacta
- Se pone en el escriño –cesta de paja-, se colocan los mandiles largos y estrechos y después las maseras, habiendo espolvoreado harina en todas las superficies para que no se pegue la masa, allí se deja fermentar bien tapada.
- Dejarlas reposar hasta que esté muy fermentada y dura.
- Hacer la masa bien sobada hasta dejarla compacta
- (Estará en su punto cuando la golpees con la palma de la mano y retiemble, suene como “un tambor”)
- Podía ocurrir que se hiciera a las 15:00 horas y a las 18:00 horas del día siguiente aún no hubiera fermentado lo suficiente, de ahí su nombre de “TORTAS DORMIDAS”. Se realizaban con levadura que se hacía la noche de antes en un perol para que fermentara.
- Hacer pequeñas tortas redondas más subidas del centro. Con huevo batido untar la parte superior de las tortas (esto se hacía con una pluma de gallina)
- Meter al horno de leña y sacar al punto.
Estas tortas se solían hacer para el 8 de Septiembre, fiestas patronales del pueblo.
Tortas sobadas «Cerceñas»
Ingredientes:
Masa de pan
Proceso:
- Hacer la masa del pan como se ha especificado en la receta del horno y su pan.
- La masa del pan una vez fermentada, trabajarla «sobarla» bien con harina.
- Aplanarla y rayar con cuchillo o con la punta de éste hacer incisiones en forma de media luna.
- Meter al horno de leña y sacar al punto.
Tortas sobadas con Manteca
Ingredientes:
Masa de pan
Manteca de cerdo
Proceso:
- Hacer la masa del pan como se ha especificado en la receta del horno y su pan.
- Poner a la masa un pizco de manteca de cerdo y sobarla con suficiente harina.
- Aplanarla y rayar con cuchillo o con la punta de éste hacer incisiones en forma de media luna.
- Meter al horno de leña y sacar al punto.
Las incisiones hechas con el cuchillo plano, además de estética, servían para que la torta no levantara demasiado.
Pastas típicas de Bezas y toda la zona de Teruel y Sierra de Albarracín fáciles de hacer en los pequeños hornos de las cocinillas de leña. Se realizaban en todo el año pues servían para dar la bienvenida a cualquier visitante que se presentara. En las fiestas junto con los mantecaos eran las pastas más típicas.
Ingredientes:
Aceite de girasol, 5 medidas
Aguardiente o anís, 2 medidas
Harina (la que admita para amasarse)
Azúcar
Proceso:
- En un recipiente se mezcla el aceite y el aguardiente o anís.
- Se va añadiendo la harina amasando hasta formar una pasta compacta que sacaremos y terminaremos de amasar fuera
- Se van tomando pequeñas porciones de la masa y se da forma a las tortitas.
- Con el horno bien caliente se hornean hasta que comiencen a dorar (a veces se les untaba con huevo).
- Una vez fuera se les pasaba por un baño de azúcar y se servían frías.
Ingredientes:
2 a 3 kg de Conejo / Liebre
1 Cabeza de ajos
1 Palito de canela
1 Puñao de pimienta negra en grano
2 Ramitas de tomillo
4 Hojas de laurel
Aceite de oliva
Sal
Proceso:
- Trocear los conejos en cada uno de sus cuartos y el cuerpo en tres o cuatro trozos
- Salar abundante y dejar escurrir
- En la sartén o parrilla, dar un asado superficial a la carne, sin calar y a fuego lento para que “selle”.
- Poner la carne en una olla cubierta de aceite hasta cubrir.
- Poner los demás ingredientes distribuidos conforme se va metiendo la carne.
- Los ajos sueltos sin pelar pero un poco machacados.
- Poner a fuego lento hasta empezar a cocer y mantener 20´ cociendo.
- Guardar en tinaja repartiendo el contenido y cubierto bien en aceite.
- Lista para su consumo; entre dos y cuatro semanas mejor, si el lugar en que lo guardamos es fresco puede durarnos meses.
Recetas micológicas «con setas»
Ingredientes:
Costillas de cerdo
Patatas
Rebollones “Mizclos”
Aceite de oliva virgen
Cebolla
Laurel
Tomillo
Ajo
Sal
Proceso:
- Sofreír las costillas con dos dientes de ajo.
- Poner agua, una pizca de sal y la carne a hervir durante 25 a 30 minutos.
- Con el aceite de las costillas, freír la cebolla, patatas y rebollones.
- Añadir al guiso junto con una hoja de laurel, una ramita de tomillo y la sal.
- Dejar cocer de 30 a 45 minutos, reposar y servir en cazuela de barro. Usar cuchara de madera para su degustación.
Si bien el conocimiento de las setas paraba por los rebollones –mizclos- y poco más, en la época de su recolección finales de verano invierno, su búsqueda y venta era uno de los ingresos deseados durante el año y por tanto su utilización en la cocina era muy común principalmente fritos o a la plancha pero también estaba muy extendida su utilización en platos como patatas con costilla de cerdo y rebollones o en tortilla de patatas.
Ingredientes:
1/2 kg. de patatas
1/4 kg. de rebollones
4 ó 5 huevos
Aceite de oliva
Sal
Proceso:
- Cortamos las patatas finas, les echamos sal y las freímos suavemente.
- Limpios los rebollones y cortados en pequeños trozos, sofreir en aceite.
- Batimos los huevos y los salamos.
- Le añadimos las patatas y los rebollones sin el aceite.
- Echamos la mezcla en la sartén a fuego rápido al principio y luego a fuego lento tapándola para que cuaje bien.
- Le damos la vuelta con un plato
- Hacemos lo mismo con el otro lado
- Servimos caliente .
Una de las opciones más socorridas y posiblemente más apreciada y simple que podemos preparar en un momento.
Ingredientes:
Rebollones “Mizclos”
Ajos
Perejil
Aceite de oliva virgen
Sal
Proceso:
- Lo primero que vamos a hacer es limpiarlos bien y quitarles la tierra (un consejo, ponerlos en agua las láminas para abajo y dejar un tiempo, la tierra irá cayendo, terminar de limpiar).
- Dejar escurrir que vayan perdiendo el agua.
- El horno lo pondremos a 180 ºC que se vaya calentando.
- Colocamos los rebollones en la bandeja con las láminas hacia arriba, los rociamos con un poco de aceite y aderezamos con sal.
- Los metemos al horno, estos en un principio soltarán el agua y el aceite evitará que se peguen a la bandeja.
- Preparamos el picado de ajos y perejil, una vez lo tengamos, le añadimos un buen chorro de aceite y movemos el preparado.
- Cuando veamos que los rebollones han soltado el agua, los sacamos, añadimos la picada por cada uno de los rebollones y volvemos a introducirlos al horno.
- Mantenerlos hasta ver que están en su punto, no demasiado hechos. 15’ como tiempo de referencia.
Ingredientes:
Rebollones “Mizclos”
1 cebolla pequeña
4 huevos
50 ml de nata
Aceite de oliva virgen extra
Sal
(Puede llevar hierbas provenzales… al gusto; tomillo, romero…)
Proceso:
- Limpiar y lavar los rebollones, dejarlos troceados no demasiado grandes.
- Sofreir la cebolla cortada en trocitos pequeños.
- Añadir los rebollones y salar, dejamos que todo se saltee.
- Preparamos los huevos batidos con la nata y un poco de sal y lo vertemos sobre los rebollones cuando veamos que éstos ya han perdido toda el agua (importante no estén poco hechos pero tampoco que se nos sequen demasiado).
- Remover hasta conseguir la textura deseada; mejor jugoso y con el huevo no demasiado hecho.
Como guarnición:
Filete de ternera con guarnición de rebollones con huevos revueltos
Como acompañamiento de diferentes platos, los rebollones son una exquisitez que podemos aprovechar en tiempo de recolección.